Historical charm in the heart of Americana

A property that has it all: history, location, and an architectural style that simply isn't found every day.

Located on one of the most iconic streets in the Americana neighborhood, this residence combines the character of its era with renovations that make it perfectly functional and ready to use. It has 492 m² of land and 412 m² of construction that offer spaciousness, privacy, and a flexible layout.

The house features four bedrooms, four full bathrooms, and a room with independent access, ideal for guests, an office, or a studio. Additionally, there is an office or study area on the upper floor and parking space for up to five cars, which is uncommon in this area.

From the main entrance, it has a double-height foyer that leads to the main spaces: a living room and dining room with great lighting, a remodeled kitchen with excellent design, a TV area, and a central patio with a stone fountain that becomes the heart of the home. On this floor, there is also the master bedroom, with a bathroom, tub, and private patio, as well as an additional room and a full bathroom for guests.

On the upper floor, there are two secondary bedrooms that share a bathroom, a third room with its own bathroom and independent access, and four terraces that offer different corners to relax or socialize outdoors.

All the infrastructure of the house has been updated: electrical, hydraulic, drainage, and gas systems, all modernized to ensure comfort and safety.

This property not only has pleasant spaces but is also versatile. It can be a private residence with a lot of personality, a boutique hotel, or even a restaurant with an unparalleled atmosphere. And thanks to its location—in the heart of an area that is constantly growing and has great cultural value—it is also an excellent investment.

It is worth noting that this house was built by architect Rafael Urzúa—one of the great names of the era, and a collaborator of Luis Barragán—it is a true gem in the middle of the city.Encanto histórico en el corazón de la Americana

Una propiedad que lo tiene todo: historia, ubicación y un estilo arquitectónico que simplemente no se encuentra todos los días.

Ubicada en una de las calles más icónicas de la colonia Americana, esta residencia combina el carácter de su época con renovaciones que la hacen perfectamente funcional y lista para usarse. Son 492 m² de terreno y 412 m² de construcción que ofrecen amplitud, privacidad y una distribución flexible.

La casa cuenta con cuatro recámaras, cuatro baños completos y una habitación con acceso independiente, ideal para huéspedes, consultorio o estudio. Además, hay un área de oficina o estudio en planta alta y espacio de estacionamiento para hasta cinco autos, algo poco común en esta zona.

Desde el acceso principal, cuenta con un recibidor de doble altura que da paso a los espacios principales: una sala y comedor con gran iluminación, cocina remodelada con excelente diseño, área de TV y un patio central con fuente de cantera que se convierte en el corazón del hogar. En esta planta también está la recámara principal, con baño, tina y patio privado, además de una habitación adicional y baño completo para visitas.

En la planta alta cuenta con dos recámaras secundarias que comparten baño, una tercera habitación con baño propio y acceso independiente, y cuatro terrazas que ofrecen distintos rincones para relajarte o convivir al aire libre.

Toda la infraestructura de la casa fue intervenida: sistema eléctrico, hidráulico, drenaje y gas, todo actualizado para garantizar comodidad y seguridad.

Esta propiedad no solo cuenta con espacios agradables, también es versátil. Puede ser una residencia privada con mucha personalidad, un hotel boutique o incluso un restaurante con un ambiente inigualable. Y gracias a su ubicación —en el corazón de una zona que está en constante crecimiento y con gran valor cultural— es también una excelente inversión.

Cabe señalar que esta casa fue construida por el arquitecto Rafael Urzúa —uno de los grandes nombres de la época, y colaborador de Luis Barragán— es una verdadera joya en medio de la ciudad.